TCO al completo
Hace tiempo que el precio de adquisición dejó de ser el único criterio a la hora de decidir sobre las inversiones. Ahora se analizan más los costes subsiguientes, como el consumo eléctrico, los procesos administrativos, el servicio y mantenimiento, el almacenaje de piezas de repuesto o la eliminación. Al fin y al cabo, estos costes constituyen entre un 80 y un 85 % de los costes operativos totales. Por ende, para reducir los costes y aumentar la eficiencia en la producción, es necesario ponderar detenidamente todos los aspectos económicos. El concepto de Total Cost of Ownership (TCO), es decir, el Coste Total de Propiedad nos ayuda a conseguirlo. Incluir todos los costes que se producen a lo largo de toda la vida útil del producto permite calcular la rentabilidad al detalle y obtener información fiable sobre los pros y los contras de una inversión.