De hallazgo casual a socio
Hallberg es el propietario y gerente de la empresa de fabricación de maquinaria sueca Comeco. Lo que acaba de presentar es lo que suele suceder directamente en las obras: antes de poder usar las barras de acero para crear las mallas o las jaulas de refuerzo, hay que darles forma. Y estas formas son distintas de una obra a otra. Por este motivo, los obreros suelen doblar las barras con dobladoras manuales y portátiles como las que fabrica Comeco.
Comeco es una pequeña empresa con sede en la localidad sueca de Enköping, ubicada cerca de Estocolmo y Uppsala. En 1991 comenzó a fabricar calefactores radiantes para la industria de la construcción. Y en 2009 añadieron las cizalladoras y dobladoras de acero estructural a su gama de productos. Un 80 % de sus principales clientes son empresas de construcción. Por lo tanto, queda claro que lo ideal es que las máquinas sean compactas, ligeras de transportar y fáciles de manejar por distintos usuarios. Hallberg se propuso mejorar todas estas características en sus máquinas.
«Alrededor de 2015 queríamos mejorar nuestras máquinas para orientarlas más al servicio y hacerlas más seguras y silenciosas», explicaba. «Por casualidad descubrimos una máquina antigua en nuestras instalaciones que llevaba una placa de NORD». Así que la empresa se puso en contacto con el fabricante de sistemas de accionamiento, y Hallberg decidió sustituir el sistema hidráulico de su próxima máquina por un sistema de accionamiento eléctrico de NORD. Después de una primera dobladora para acero estructural de 16 mm de diámetro, Comeco desarrolló también máquinas para acero estructural de 20 y 25 mm. Y hace poco ha terminado la máquina para aceros de 32 mm, que es la que Hallberg presentó.